martes, 13 de mayo de 2014

Eurovisión, las barbas y los deseos


Foto: "Shakespeare's Sonette", de Robert Wilson, con la compañía Berliner Ensemble

El hervidero en el que se convirtieron las redes sociales el sábado pasado habla mucho de la concepción imperante de las cosas en este país. Nunca he sido fan de Eurovisión, pero creo que hay que ser condenadamente valiente para revelarse ante las pantallas de Europa portando en tu propia carne un mensaje tan incómodo y tan claro: Sé lo que quieras.

Por supuesto, este "sé lo que quieras" resulta absolutamente intolerable y parece justificar cualquier comentario jocoso, despreciativo y/o humillante hacia lo que no se considera un cuerpo "como debe ser"; ya sea "como debe ser para ser un hombre" o "como debe ser para ser una mujer". Pero sabéis, es que la habitual concepción restrictiva y exclusivamente binaria de "hombre" y de "mujer" es tan solo una herramienta homogeneizadora y tiránica más que nos afecta a TODAS y TODOS. Y, además, quién demonios tiene derecho a decirnos cómo "tenemos que ser".

Por tanto, declaro que todos los que ridiculizan sádicamente a la ganadora de Eurovisión Conchita Wurst y a cualquier otra persona por su aspecto o sensibilidad deberían:

1) Plantearse si realmente aportan algo sus chanzas y juicios machistas, irrespetuosos y absolutamente repugnantes sobre el físico, género, identidad y/u orientación sexual de cualquier persona.

2) Preguntarse si lo que realmente les turba tanto no radicará en que una mujer con barba (nacida XX o XY o XXY) no encaja por ninguna parte en sus fantasías sexuales; o, en su defecto, en las fantasías sexuales diseñadas en exclusiva por y para hombres heterosexuales (es decir, todas) con las cuales los medios nos bombardean constantemente.

3) Dejar de categorizar el amplio mundo en torno a la sacrosanta preferencia y dictadura solitaria de su falo (o de EL falo como concepto en caso de no tenerlo. Por favor, chicas).

 4) Apartar un segundo la mirada de la forma y el tamaño de su (o EL) miembro y reflexionar acerca de las limitadísimas concepciones de los roles sexuales y de género en esta sociedad asquerosamente simplista, y acerca de los medios que se utilizan para acallar cualquier cosa que difiera de lo oficialmente establecido como "normal", "bueno", "deseable" y "correcto" (¿queréis ser buenos? ¿Queréis estructurar y estigmatizar vuestro cuerpo en torno a lo que otros consideran deseable? ¿Queréis ser correctos? Hemos llegado lejísimos así, ¿verdad?).

5) Buscar verdadera información sobre orientación sexual e identidad de género (que no es lo mismo), sobre los familiares pero raramente bien comprendidos términos LGTB, y sobre otros complejos y polifacéticos conceptos (aún menos conocidos y comprendidos) tales como queer, transgénero, intersexo, género neutro o género fluido.

Oh, y lo digo desde el respeto. Que yo tengo amigos heteronormativos y nos llevamos muy bien y soy muy tolerante y eso (#NoSiYoTengoAmigosGays).

Ahora sin ironías: aparte de legitimar conductas y concepciones despóticas, retrógradas y despiadadas; podéis estar haciendo mucho, muchísimo daño a alguien, directa o indirectamente (más que una posibilidad, es casi un hecho seguro). Y yo no soy en absoluto una erudita: desconozco muchísima teoría (cosa que estoy intentando remediar poco a poco, porque el conocimiento estructurado y la dialéctica son armas poderosísimas contra la ignorancia, la grosería y la brutalidad disfrazada de erudición), pero instintivamente siempre he sabido, intuido y/o sentido ciertas cosas claramente divergentes y manifiestamente molestas para la opinión general; y a raíz de las condenadas nociones de lo "normal", lo "bueno", lo "deseable" y lo "correcto" he sufrido y presenciado MUCHO dolor; y cada vez sé de más personas, y cada vez conozco más historias, y la mayoría (si tenéis una mínima sensibilidad, que si no la tuvierais no estaríais leyendo esto) os harían palidecer.
El mundo sólo puede ser demencialmente hermoso si es diverso. Podemos y debemos ser lo que queramos, pues siendo lo que somos y respetando la libertad propia y ajena no herimos a nadie (por mucho que bajo las archirrepetidas excusas anteriormente mencionadas intenten poseer, humillar, delimitar o ultrajar nuestra propia y sagrada libertad).
Que no es necesario comprenderlo del todo ni compartirlo para respetar las nociones de libertad y diversidad, maldita sea.

En relación con todo esto, recomiendo encarecidamente asistir a las charlas que Silvia Federici y Judith Butler darán este mes y el siguiente en Madrid. Bueno, en realidad, a las charlas de  Silvia Federici y Judith Butler deberíamos ir todas/os, sabéis. El mundo sólo se haría un poco menos inhóspito, que tampoco es que le venga mal.


Silvia Federici
Viernes 16 de mayo, 19:30, librería Traficantes de Sueños.

Judith Butler
Martes 24 de junio, Alcalá de Henares.


No hay comentarios: