miércoles, 15 de junio de 2016

Orlando



Como he estado trabajando en la Feria del Libro y no he pisado mi casa hasta ayer noche, no he tenido tiempo de hablar aquí de la masacre de Orlando. Pero hoy sí puedo. Porque tenemos que hablar de la masacre de Orlando.

Punto uno: No, no ha sido “el islam”. No ha sido “un ataque terrorista islámico contra seres humanos”, maldita sea. El asesino no era yihadista, ni encarnaba en su ser a ningún colectivo ni a ninguna religión al completo; y el que intente haceros creer lo contrario os está engañando y os está manipulando vilmente, echando mano de la desinformación y los condenados tópicos y vuestro miedo para enfocar vuestro odio hacia quien más le interesa. Y no, no ha sido un ataque contra "los seres humanos, porque todos somos personas": la tragedia de Orlando ha sido una masacre homófoba, cometida por un hombre heterosexual que decidió asesinar a personas LGTBIQ/GSRDI por el simple hecho de que se sentía "ofendido" por su existencia. El lugar de los hechos sí importa, lo que tenían en común las víctimas sí importa: el local era un lugar de salida LGTBIQ  obviamente lleno de personas LGTBIQ donde personas LGTBIQ  se reunían para celebrar el mes del Orgullo porque se sentían en un lugar seguro para expresarse sin miedo, para ser sin miedo. Paraos a pensar si no se hablaría de un ataque a los cristianos si una masacre así se produjera dentro de una iglesia cristiana durante la misa, paraos a pensar si no se llamaría un ataque a la Casa Real si alguien intentara asesinar a diversos los miembros de la realeza reunidos en su real residencia.
Aclarado el tema del contexto, ahora paraos a pensar en cuántas víctimas de exclusión social/laboral, palizas, asesinatos y masacres lo son por su condición de ser heterosexuales. Y ahora recordad o buscad cuántas víctimas de exclusión social/laboral, palizas, asesinatos y masacres lo son por su condición de ser LGBTIQ (datos que jamás veréis mencionados en los periódicos de tirada nacional ni en las noticias, por cierto). Eso es: muchas, todos los jodidos días.

Por eso es jodidamente importante reconocer y resaltar que esto es un ataque contra el colectivo LGTBIQ, porque nos están matando continua e incesantemente por lo que somos (sí, incluso y hasta muy especialmente en los países tan condenadamente mal llamados “desarrollados”, esos países en los que se proclama que todo el mundo es “igual” y “libre”) y nadie quiere reconocerlo. Y, si no se reconoce, no se hace visible, y no se hace NADA contra ello. Y entretanto seguimos muriendo. O viviendo con miedo a que alguien “nos descubra”, nos deje sin trabajo o en la calle o nos asesine por lo que somos.




Punto dos, y esto es crucial: revisémonos, por favor. Esto, como cualquier acto de violencia, requiere ir más allá de avatares multicolores y de hashtags y de memes tiernos expresando nuestro amor y compunción. Las cosas no se resumen tan fácilmente a eso. La violencia DESDE LUEGO que no se combate con eso. Limitarse a eso es limitarse a adornar la fachada para quedar bien ante otros. Poner una imagen edulcorada y decir que "condenas" el ataque de Orlando y que te "solidarizas" con la comunidad no es suficiente, maldita sea. La violencia toma muchas formas cercanas más allá de un arma de fuego.

Se está ejerciendo la violencia cuando para insultar y/o burlarte de alguien usas términos relativos a la comunidad LGTBIQ. Cuando te lo llaman a ti, con intención ofensiva o no, y te sientes insultado.
Cuando nos usan en series como personajes risibles, graciosos y estereotipados. Cuando sólo nos "aceptas" si somos graciosos, si somos comprensivos y pacientes hasta la extenuación, si no nos quejamos jamás, si somos complacientes, si somos bonitos, si somos dóciles.
Cuando tuerces el gesto o te indignas al ver personas del mismo género besándose. Cuando nos gritas cuando vamos de la mano.
Cuando en tu familia no se menciona a la novia o novio de tu hija/hijo/hermano/hermana porque no forman una pareja heterosexual y normativa.
Cuando se menciona el VIH e inmediatamente se asocia con la homosexualidad (cuando de hecho actualmente la mayor parte de casos de enfermos de VIH son personas heterosexuales).
Cuando señalas/te ríes/te burlas/insultas/miras mal a personas porque consideras que su ropa o aspecto no encajan con el género que crees que tienen, o por cualquier otra razón semejante.
Cuando haces las tijeritas con la mano cuando una chica te dice que es lesbiana y/o bi, y tú preguntas si "puedes mirar" pero eh, no te pongas así, que es broma.
Cuando alguien habla de su género o sexualidad y tú le dices que es la edad o que está confundido o que tiene que aclararse o que eso no es así/no es científico/no existe.

Todo esto, y más, también es violencia contra el colectivo LGTBIQ/GSD. Diaria y constante y aceptada. Y la solidaridad no es real ni válida hasta que nos revisemos y empecemos a cambiarlo en nosotros y denunciarlo en nuestro entorno.

PD: Y por cierto, medios de comunicación: cada vez que llamáis "bandera gay" a la bandera arcoíris estáis invisibilizando a casi todos los colectivos dentro de lo LGTBIQ, y por tanto divulgando información sesgada, y por tanto ejerciendo ignorancia profesional reincidente que, a estas alturas, sólo puede explicarse como deliberada. Y eso NO debería darse jamás, y mucho menos en el periodismo. Y reducir la lucha LGTBIQ a “tener libertad de amar a quien quieras / de casarte con quien quieras” resulta una reducción sumamente simplista, entre otras cosas porque se siguen excluyendo colectivos y realidades; y porque en el fondo la sucia verdad es que nos miran mal, nos gritan y acosan por la calle, nos echan de casa, nos excluyen social y laboralmente, nos agreden en los aseos o nos prohíben usarlos, nos envían a un psiquiatra que nos “cure” o nos legitime, nos retiran la potestad sobre nuestro propio nombre, nos mutilan al nacer para encajarnos en un género, nos violan, nos pegan palizas y nos matan por ejercer la libertad de ser quienes somos y salirnos de su tiesto. Así que un poco de seriedad y profesionalidad, hacedme el favor.